77 Orgasmos

Lo primero que esta obra me refleja es una ambigüedad total, desde el contraste manejado en los tonos de luz, hasta la manera en que los cuerpos están dispuestos en cada fotografía. Se percibe libertad y dinamismo pero a la vez existe miedo y mucha inconformidad, se expresa al ser humano como realmente es, un ser dual, con deseos, con ambiciones pero lleno de tapujos, de miedo, de olvido.

Los elementos que toma Baccassino se convierten en una forma de lenguaje, los cuerpos femeninos, objetos cotidianos y profundos contextos serian la representación de un relato, la sensualidad, el placer, la materialidad, la forma en que nos relacionamos y nos volvemos uno con nuestro entorno natural y artificial, conociéndonos a través de lo que hacemos, de nuestros actos, de cómo nos vemos, como vemos a los demás, como nos relacionamos con ellos, los elementos que utilizamos para hacerlo, para llamar la atención, para sentirnos deseados, los lugares en los que lo hacemos, que nos incitan a sacar cosas de nosotros o siempre hacemos, que afectan nuestros sentidos ayudándonos a estar en armonía con los demás o con nosotros mismos. Todo entra por los ojos y lo que ellos admiren alertara a los demás sentidos, la imagen juega un papel muy importante en nuestras vidas, actuamos a partir de lo que nuestras sensaciones transforman en representaciones graficas en nuestra mente, los imaginarios son los que le dan un sentido a nuestras vidas, a partir de ellos comenzamos a materializar tangible o intangiblemente nuestros deseos.

Soñamos con personas, con situaciones, con ideales compuestos por hombres/mujeres, objetos y espacios, nos imaginamos paisajes que son desarrollados por elementos sencillos, por simples imágenes, una fotografía de Beccassino puede llevarnos a desarrollar todo un imaginario compuesto por una infinidad de imágenes porque reúne los elementos que siempre buscamos en cualquier experiencia.

La ciudad nos ofrece todo tipo representaciones, de imágenes dispuestas por otros o que simplemente nosotros componemos en nuestra cabeza dándonos una infinidad de ideas, de sensaciones que alimentan nuestra creatividad y que nos permite conocernos, ver lo que cada uno piensa o pensó, la ciudad es un museo de signos y símbolos que diariamente estamos construyendo entre todos y todo queda allí plasmado.