miércoles, 23 de abril de 2008

Lugar abandonado




La candelaria huele a muchas cosas, sabe a muchas otras pero es lo que va más allá de nuestros sentidos lo que de verdad es llamativo que es su esencia, la energía que trasmite y que ha sido acumulada durante años. El movimiento se percibe hasta en los callejones mas desolados, las risas, el juego de los niños, la historia de Bogotá, de sus ciudadanos se ve plasmada allí, en cada una de esas calles y casas que como un museo intangible atesoran las vivencias de los bogotanos. Por lo tanto una imagen como esta, podría significar abandono solo por no haber personas presentes, pero conceptualmente es todo lo contrario, es un espacio que visualmente esta lleno de color, de formas, de luces, texturas que de una u otra manera evocan el movimiento, por la lluvia, la dinámica de la casas, sus colores, la estética de sus fachadas, las marcas que tienen, etc. Y finalmente esta el movimiento intangible aquel que solo puede recrearse en nuestro imaginario, que conjugando todos los elementos anteriores volvemos una fantasía tan real como nuestra cotidianidad gracias a aquello que hace que nuestra imaginación vuele y se desarrolle como en muy pocos lugares de la ciudad.

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